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JORNADA 29: 18 de Mayo, 2020

El mundo de la salud tras el COVID-19: el impacto de la pandemia en la salud mental (capítulo III)

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La salud mental ha sido históricamente un ámbito al que no le hemos prestado la suficiente atención. Las enfermedades asociadas a nuestra salud mental son un virus silencioso, invisible, que afecta a millones de personas en el mundo pero que, sin embargo, a la sociedad siempre le ha costado mirar cara a cara. Para muchos es un tabú, algo que está ahí pero sobre lo que es preferible no hablar, ya sea por pudor o por miedo a lo que piensen los demás. En mitad de esta pandemia está sucediendo en cierta manera lo mismo. La mayoría de las noticias de ámbito médico están más enfocadas a hablar de la investigación sobre el virus, la carrera por una vacuna o los posibles tratamientos. Y es lógico, pero el impacto de esta pandemia en la salud mental, al igual que el virus, nos va a acompañar durante años y es importante que le atribuyamos el papel que se merece.

La semana pasada tanto la ONU como la OMS alertaban de esto mismo, del posible impacto de la pandemia en nuestra futura salud mental y, en consecuencia, de la necesidad de reforzar los servicios de apoyo psicológico en los sistemas sanitarios de cada país. Según la ONU, en la situación actual las personas con mayor riesgo de padecer una enfermedad mental son los trabajadores sanitarios que trabajan en primera línea, las personas mayores, los adolescentes y los jóvenes, así como aquellas personas con afecciones preexistentes. Un dato muy preocupante es que la depresión afecta a 264 millones de personas en todo el mundo y cerca de la mitad de los problemas de salud mental comienzan a manifestarse a los 14 años, por lo que debemos estar especialmente pendientes de los más jóvenes.

La depresión afecta a 264 millones de personas en todo el mundo y cerca de la mitad de los problemas de salud mental comienzan a manifestarse a los 14 años

Esta situación tiene dos caras diferentes: la de los ciudadanos, que han vivido (y siguen viviendo, aunque sea parcial) un confinamiento en su casa, que también han sufrido la pérdida de un ser querido o han perdido su empleo; y la de los profesionales, especialmente de hospitales y residencias de mayores, que están viviendo una situación de estrés durante un prolongado periodo de tiempo.

En el caso de la población general, hay cuatro factores principales que están afectando a nuestro bienestar emocional.

En primer lugar, el confinamiento, son más de 60 días en nuestra casa y ya comienzan a aparecer nuevas afecciones como el ‘síndrome de la cabaña’: la ansiedad provocada por salir de nuevo a la calle.

El segundo factor es la incertidumbre económica: la pérdida de empleo o el miedo a perderlo genera miedo al futuro, algo que tiene un gran impacto, por ejemplo, en la conciliación del sueño.

El tercer factor es el duelo de aquellos que han perdido seres queridos, algunos además no han podido despedirlos debido a las medidas de prevención para evitar el contagio.

 

 

Y, por último, el miedo a un posible contagio y sus consecuencias. En definitiva, una combinación de emociones que implica muchos riesgos para nuestro bienestar mental tanto presente como futuro. En Sanitas también lo hemos vivido en primera persona, desde que comenzó esta situación nuestros servicios de apoyo psicológico han recibido un gran número de consultas telefónicas o por video relacionadas con salud mental.

Creemos que tanto la sanidad pública como la privada deben establecer como una prioridad ampliar y reforzar los servicios de salud mental. Es necesario mayor apoyo a ciudadanos y profesionales para proteger el futuro de nuestro bienestar emocional

La otra cara es la de los profesionales sanitarios que han luchado en primera línea. Se han enfrentado a un nivel de estrés extremo y continuado durante más de 60 días. Agotamiento, estrés y sufrimiento por los pacientes a los que no han podido ayudar. Pero también por el riesgo que han asumido al estar en primera línea y el miedo que han sentido por sus propias familias. En Sanitas habilitamos desde los primeros días de esta crisis un servicio de atención psicológica para todos los profesionales en primera línea de atención. Además, los servicios de Psicología de los hospitales universitarios Sanitas La Moraleja y La Zarzuela y de los hospitales Sanitas CIMA y Virgen del Mar están prestando atención a todos los profesionales de los centros. El bienestar de nuestros profesionales siempre será uno de nuestros principales objetivos.

En definitiva, creemos que tanto la sanidad pública como la privada deben establecer como una prioridad ampliar y reforzar los servicios de salud mental. Es necesario mayor apoyo a ciudadanos y profesionales para proteger el futuro de nuestro bienestar emocional. Nosotros ya nos hemos puesto manos a la obra y en junio tenemos previsto lanzar un nuevo proyecto para ampliar nuestros servicios de salud mental. Todos los expertos apuntan a que esta pandemia va a afectar a la salud mental de muchos pero está en nuestra mano trabajar en la prevención y construir las bases de un futuro mejor.